El cannabidiol o CBD como materia prima en cosmética natural

Por qué el CBD será el próximo superingrediente en la cosmética 'antiaging'

¿Sabías que además de calmar la piel, el cannabidiol tiene beneficios antioxidantes?

El cannabidiol, uno de los compuestos más importantes de la planta Cannabis sativa y que tiene numerosos efectos terapéuticos, ha llegado para quedarse. No es para menos, ya que sus propiedades hacen de esta sustancia una de las mejores medicinas para nuestro cuerpo. Y también explica por qué cada vez hay más alimentos, aceites, suplementos o cremas de CBD a nuestra disposición.

Aunque cada uno de estos productos tiene unas características específicas (que los hacen más o menos apropiados para tratar diferentes patologías), en este post nos vamos a centrar en las cremas hechas con CBD.

Así sabrás qué son, para qué sirven, y cómo usarlas para mejorar tu salud y tu calidad de vida.

¿Qué son las cremas y pomadas de CBD?

Responder a esta pregunta es bastante sencilla: las cremas y pomadas de CBD son aquellos productos cosméticos y dermatológicos que en su composición cuentan con cannabidiol, ya sea en forma de aceite o de extracto.

Sin embargo, podemos ir un poco más allá en esta definición y hablar con más detalle sobre lo que diferencia a estas cremas de otros productos que podemos encontrar en los estantes de cualquier supermercado. Sobre todo si tenemos en cuenta que a simple vista nos parecerán un cosmético más.

De hecho, al igual que ocurre con otros productos diseñados para su aplicación tópica, en general podemos dividir las cremas de CBD en tres grupos en función de su consistencia:

Lociones corporales: son las más parecidas a las cremas que solemos aplicarnos en la piel. Si bien es cierto que a menudo tienen una consistencia algo más densa que las lociones que encontramos en el supermercado. Además, y al igual que ocurre con esos productos, las cremas de CBD pueden incluir otros compuestos para aportarnos una mejor hidratación y nutrir mejor nuestra piel. Por ejemplo, aceites de semillas, vitamina E, aloe vera, etc.

Bálsamos: en esta categoría incluiríamos los productos que se encuentran a medio camino entre las cremas y los aceites de CBD. Pero a diferencia de las lociones corporales, estos bálsamos tienen una consistencia más líquida y a menudo están mezclados con aceites esenciales.

Aceites: como su nombre indica, la textura de estos productos es líquida (o, mejor dicho, aceitosa), lo que hace que sea el producto favorito de muchos y el más odiado de otros tantos. Además, al igual que con las cremas de CBD, a menudo incorporan otros aceites esenciales y vitaminas. Y, por lo general, estos aceites tardan más tiempo en absorberse del todo en la piel.

Por otro lado, aunque existan estos tres grandes grupos, dentro de cada uno de ellos nos encontramos más subdivisiones. Por ejemplo, es habitual ver líneas de cremas y pomadas de CBD diseñadas para deportistas y para tratar molestias musculares mientras que otras se centran más en el factor estético para la mejora y firmeza de la piel.

Finalmente, y a pesar de que el cannabidiol es una sustancia que teóricamente se absorbe peor por la piel debido a sus propiedades lipofílicas, la composición de las cremas y pomadas de CBD hacen que su aplicación tópica sea también efectiva desde un punto de vista terapéutico. Especialmente en los casos de enfermedades como la psoriasis, la dermatitis o los eccemas gracias a sus propiedades antiinflamatorias.

¿Para qué se emplean las cremas con CBD?

Siguiendo con estos productos, una de las dudas que a menudo suele surgir es acerca de su uso, que va mucho más allá de una simple crema hidratante para la piel.

En ese sentido, y a pesar de que las cremas con CBD también pueden servirnos para mejorar el aspecto de nuestra piel, su uso es principalmente terapéutico y no tanto estético. Por ello, deberemos elegir la opción que mejor se adapte a nosotros.

Por desgracia, no podemos dar una recomendación general para todos ya que no será lo mismo el tratamiento de una contractura o dolor muscular que el de una erupción cutánea o una dermatitis atópica. Sin embargo, tanto su uso como su aplicación no suponen un problema y hacen que estas cremas sean muy útiles para incorporarlas en nuestra rutina diaria.

Además, al igual que ocurre con cualquier otro cosmético o suplemento que tomemos, muchas veces deberemos probar las diferentes opciones que nos encontramos en el mercado hasta encontrar la que mejor se adapta a nuestras necesidades. Uno de los motivos por los que es importante contar con el asesoramiento y la supervisión de un profesional que sepa darnos las indicaciones necesarias.

Por último, y pese a que sabemos que el uso tópico de la Cannabis sativa se remonta a poblaciones de la Antigüedad, como la egipcia o la china, hasta nuestros días, todavía es necesario seguir investigando más acerca de cómo puede mejorar las afecciones de la piel y los dolores musculares u óseos cuando se aplica directamente sobre la piel.

Beneficios de emplear cremas de CBD

No obstante, una cosa está clara: cada vez hay más evidencias de que los beneficios asociados al cannabidiol (efecto antiinflamatorio; calmante; eficaz frente al dolor; o antipsicótico, entre otros)  también se pueden obtener de forma transdérmica .

De hecho, los diferentes compuestos que a menudo nos encontramos en las cremas y pomadas de CBD favorecen su mejor absorción por la piel. Lo que unido a las características que tiene este órgano (el más grande de nuestro cuerpo) hacen que sean especialmente interesantes desde un punto de vista dermatológico .

Además, su efecto es local y a pesar de que el cannabidiol se absorbe por la piel, este no llega a nuestra sangre y, por tanto, tampoco alcanza al sistema nervioso central. Si a eso le sumamos que el CBD no tiene un efecto psicotrópico ni psicoactivo (a diferencia del THC, otro de los compuestos más importantes del cannabis) y que su aplicación está limitada a una zona o zonas concretas de nuestro cuerpo, estos productos se muestran como una opción muy interesante para aquellas personas que estén tomando otro tipo de tratamientos de forma simultánea. Incluso si esos tratamientos son también a base de cannabidiol.